lunes, 18 de enero de 2016

Conclusión


Gracias a este trabajo y a labor  de investigación que hemos llevado a cabo para realizarlo, hemos aprendido que las mujeres hacen más uso de paremias que los hombres, aunque claro está, eso depende de la situación en la que nos encontremos. Que una paremia puede parecer de lo más simple pero, a la hora de analizarla con profundidad lingüísticamente, puede llegar a ser bastante compleja. Esto nos ha ayudado a comprender mejor por qué se dice de la manera que se dice y por qué se dan sobreentendidos muchos verbos por ejemplo,  para evitar la repetición que se hace muy pesada.
Ha sido interesante descubrir como las paremias, que creíamos que se decían solo en nuestro país, se dicen en lugar tan remotos de este mundo y sin cambiar nada del significado original de la paremia, incluso con culturas totalmente distintas y personas tan diferentes. Siempre es bueno aprender más de otras lenguas.
Nos ha ayudado a conocer el origen de muchas expresiones que escuchábamos casi a diario pero no sabíamos de donde habían salido, algunas incluso de época medieval. También, hemos descubierto nuevas paremias de diferentes lugares de España, ya que cada una elegíamos las paremias de la región de donde procedían nuestros padres, lo cual ha sido muy divertido porque hay paremias que no habíamos escuchado en la vida y nos resultaban extrañas y graciosas.
Este trabajo nos ha hecho reflexionar sobre nuestra lengua y ser más conscientes de cómo la utilizamos al hablar con distintas personas (la familia, los amigos, conocidos…) y como estas influyen en nuestra manera de hablar,  permitiendonos conocer un poco más la cultura de la que procedemos.

En resumen, hacer este trabajo ha sido una experiencia muy interesante que nos ha hecho pensar un poco más de lo que nos gustaría pero del que nos sentimos bastante orgullosas porque hemos intentado dar lo mejor de nosotras y en algunos casos las paremias más raras de nuestra familia.

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